domingo, 9 de agosto de 2009

Más clarito... echale agua!

Cuando Perón nos hablaba de conducción siempre recalcaba sobre dos conceptos imprescindibles para una buena organización y para una mejor estrategia.
Él destacaba la importancia tanto de la Unidad de Concepción como de la Unidad de Acción y decía que no se concebía una sin la otra, siempre repetía: "Unidad de concepción para la Unidad de Acción".
Lo que transcribo a continuación, lo hago porque me llegó por correo electrónico y cuando comencé a leerlo sentí eso... la Unidad de Concepción con el compañero que me lo mandó y es por eso que lo quiero compartir con todos ustedes. Aunque obvio, les aclaro que comparto totalmente los conceptos y creo que nuestra discusión debe fundarse en esta premisa: ¿Quién es quién en nuestra sociedad?
Los invito a disfrutar del placer del escrito:
"CRISTINA COBRA SEGÚN EL CLIENTE..." por Fernando Maurente
*Título del diario La Nación donde se aborda el tema del gas.... Título que tangencialmente trata a la presidenta de prostituta... O me equivoco?
De ese título al «Viva el cáncer» hay apenas unas letras. Podríamos llamarlo «daños colaterales»? Metamensaje? Esta es la irrespetuosidad de la oligarquía, una clase social incorregible, enemiga histórica del pueblo argentino. Parece que a don Mitre, patrón del diario, le sigue la mamúa del 28 a la noche y se va de boca junto a su amigo Biolcatti.
Esta impetuosidad verbal paradojalmente es buena. Hay un par de generaciones que no conocen la brutalidad del neoliberalismo de derecha, el salvajismo de los continuadores de aquellos unitarios del siglo XIX.
Para muchos jóvenes, la dictadura procesista es algo así como una mención en el calendario todos los 24 de marzo. Aunque esa triste fecha es recordada como la «dictadura militar», no la dictadura cívico-militar. En el olvido han quedado, como parte de una nueva falsificación histórica: Guillermo Walter Klein, Adolfo Diz, Cadenas Madariaga, los hermanos Alemann, Fernando Freytes, Alberto Grimoldi, Juan Dumas, Manuel Solanet, Joaquín Llambías, Alejandro Manuel Estrada, Christian Zimermann, Ricardo Alberto Paz, Martín Braun Lasala, Jorge Zorreguieta, Pablo Benedit, para nombrar algunos funcionarios que acompañaron a José Alfredo Martínez de Hoz. Todos ilustres caballeros que ven por televisión desde sus countries, estancias o suntuosos pisos cómo los militares que pusieron la cara e hicieron el trabajo sucio de Videla para abajo, son llevados a juicio, mientras ellos, que fueron los instigadores intelectuales del baño de sangre del '76 y fueron los beneficiarios directos, gozan de total impunidad.
Las nuevas generaciones, no han tenido la mala suerte, de sufrir en carne propia los latrocinios de estos señores que sembraron hambre y terror y ahora se «preocupan» por los hambrientos que ellos crearon desde ministerios y secretarias de estado.
Pero la historia les juega una mala pasada. Ellos, que actuaron durante décadas desde las sombras, aparecen en las pantallas de televisión, en las radios más importantes, en los matutinos de circulación nacional. Son conocidos desde hace un año por el más humilde de los argentinos. La partidocracia, que les sirvió en décadas anteriores, ahora van a la zaga de este partido del «campo».
La historia ha obligado a los grandes terratenientes (hoy sojeros) a generar su propia estructura política y exponer su programa ante millones de pobres y desposeídos que no olvidarán sus caras... Los millones de argentinos que los votaron (jóvenes, sectores medios y hasta franjas de sectores marginalizados) irán arrepintiéndose e irán sumándose lentamente al campo nacional y popular.
Es tan escandalosa la actitud de esta mafia, que los partidos de la «oposición democrática» no saben cómo explicar las irrupciones verbales de los Llambías y Biolcatti. Tratan de poner paños fríos a la borrachera de poder que se ha apoderado de los hombres de la república de la pampa húmeda. Hasta el propio Felipe Solá ha salido a criticar la actitud de estos «dueños» de nuestra historia oficial.
Que sigan con su strip-tease verbal. Que continúen con su incontinencia del sonido. Solo así van a quedar desnudos frente a un pueblo absorto. Pueblo zonzo que se creyó el verso que la oligarquía había dejado de existir. Que era cosa del pasado.
Ahora ese pasado viene por nosotros, viene por todos. Dejaron -según ellos- de ser las «vacas mansas». Ahora aquellos que minimizaron su existencia van a comprobar que las vacas muerden.
Como muerde este patético y escandaloso titular de La Nación, el vocero histórico de la Sociedad Rural.
Qué tal??? A ver si empezamos a desempolvar la historia y a poner blanco sobre negro. No nos pase lo de Graciela Meijide que cree que ahora la cuestión de los desaparecidos la tenemos que plantear en la carrera de Actuario.
A estos personajes y sectores que menciona Fernando le debemos agregar, la Iglesia de Benedicto, Bergoglio, Laguna, Bargalló etc., que acaban de descubrir la pobreza en la Argentina, -es decir que hasta ahora parecería que estaban viendo el canal Santa María-, y los medios de comunicación que responden a los nefastos intereses de la oligarquía.
Con respecto a las declaraciones del Papa en cuanto al "escándalo" de la pobreza en la Argentina, digo yo... no habría que hacerle recordar al Santo Padre que estamos como estamos porque los militares -con la complicidad de la Iglesia que él conduce- entre la década del '70 y '80 desaparecieron y asesinaron a 30.000 compañeros dirigentes que si hoy estuvieran seguramente no existirían los males sociales que imperan en nuestro país?
Les reitero un fuerte abrazo peronista y será hasta la próxima...
Mario Ranero
Ah.... me olvidaba, el compañero Fernando es Secretario Político del Partido Patria y Pueblo - Socialistas de la Izquierda Nacional, Núcleo: Fernando Manuel Carpio, Zona N.O. / Área Metropolitana. Resumiendo.. es del campo Nacional y Popular que tenemos que reconstruir!!!