domingo, 9 de agosto de 2009

Más clarito... echale agua!

Cuando Perón nos hablaba de conducción siempre recalcaba sobre dos conceptos imprescindibles para una buena organización y para una mejor estrategia.
Él destacaba la importancia tanto de la Unidad de Concepción como de la Unidad de Acción y decía que no se concebía una sin la otra, siempre repetía: "Unidad de concepción para la Unidad de Acción".
Lo que transcribo a continuación, lo hago porque me llegó por correo electrónico y cuando comencé a leerlo sentí eso... la Unidad de Concepción con el compañero que me lo mandó y es por eso que lo quiero compartir con todos ustedes. Aunque obvio, les aclaro que comparto totalmente los conceptos y creo que nuestra discusión debe fundarse en esta premisa: ¿Quién es quién en nuestra sociedad?
Los invito a disfrutar del placer del escrito:
"CRISTINA COBRA SEGÚN EL CLIENTE..." por Fernando Maurente
*Título del diario La Nación donde se aborda el tema del gas.... Título que tangencialmente trata a la presidenta de prostituta... O me equivoco?
De ese título al «Viva el cáncer» hay apenas unas letras. Podríamos llamarlo «daños colaterales»? Metamensaje? Esta es la irrespetuosidad de la oligarquía, una clase social incorregible, enemiga histórica del pueblo argentino. Parece que a don Mitre, patrón del diario, le sigue la mamúa del 28 a la noche y se va de boca junto a su amigo Biolcatti.
Esta impetuosidad verbal paradojalmente es buena. Hay un par de generaciones que no conocen la brutalidad del neoliberalismo de derecha, el salvajismo de los continuadores de aquellos unitarios del siglo XIX.
Para muchos jóvenes, la dictadura procesista es algo así como una mención en el calendario todos los 24 de marzo. Aunque esa triste fecha es recordada como la «dictadura militar», no la dictadura cívico-militar. En el olvido han quedado, como parte de una nueva falsificación histórica: Guillermo Walter Klein, Adolfo Diz, Cadenas Madariaga, los hermanos Alemann, Fernando Freytes, Alberto Grimoldi, Juan Dumas, Manuel Solanet, Joaquín Llambías, Alejandro Manuel Estrada, Christian Zimermann, Ricardo Alberto Paz, Martín Braun Lasala, Jorge Zorreguieta, Pablo Benedit, para nombrar algunos funcionarios que acompañaron a José Alfredo Martínez de Hoz. Todos ilustres caballeros que ven por televisión desde sus countries, estancias o suntuosos pisos cómo los militares que pusieron la cara e hicieron el trabajo sucio de Videla para abajo, son llevados a juicio, mientras ellos, que fueron los instigadores intelectuales del baño de sangre del '76 y fueron los beneficiarios directos, gozan de total impunidad.
Las nuevas generaciones, no han tenido la mala suerte, de sufrir en carne propia los latrocinios de estos señores que sembraron hambre y terror y ahora se «preocupan» por los hambrientos que ellos crearon desde ministerios y secretarias de estado.
Pero la historia les juega una mala pasada. Ellos, que actuaron durante décadas desde las sombras, aparecen en las pantallas de televisión, en las radios más importantes, en los matutinos de circulación nacional. Son conocidos desde hace un año por el más humilde de los argentinos. La partidocracia, que les sirvió en décadas anteriores, ahora van a la zaga de este partido del «campo».
La historia ha obligado a los grandes terratenientes (hoy sojeros) a generar su propia estructura política y exponer su programa ante millones de pobres y desposeídos que no olvidarán sus caras... Los millones de argentinos que los votaron (jóvenes, sectores medios y hasta franjas de sectores marginalizados) irán arrepintiéndose e irán sumándose lentamente al campo nacional y popular.
Es tan escandalosa la actitud de esta mafia, que los partidos de la «oposición democrática» no saben cómo explicar las irrupciones verbales de los Llambías y Biolcatti. Tratan de poner paños fríos a la borrachera de poder que se ha apoderado de los hombres de la república de la pampa húmeda. Hasta el propio Felipe Solá ha salido a criticar la actitud de estos «dueños» de nuestra historia oficial.
Que sigan con su strip-tease verbal. Que continúen con su incontinencia del sonido. Solo así van a quedar desnudos frente a un pueblo absorto. Pueblo zonzo que se creyó el verso que la oligarquía había dejado de existir. Que era cosa del pasado.
Ahora ese pasado viene por nosotros, viene por todos. Dejaron -según ellos- de ser las «vacas mansas». Ahora aquellos que minimizaron su existencia van a comprobar que las vacas muerden.
Como muerde este patético y escandaloso titular de La Nación, el vocero histórico de la Sociedad Rural.
Qué tal??? A ver si empezamos a desempolvar la historia y a poner blanco sobre negro. No nos pase lo de Graciela Meijide que cree que ahora la cuestión de los desaparecidos la tenemos que plantear en la carrera de Actuario.
A estos personajes y sectores que menciona Fernando le debemos agregar, la Iglesia de Benedicto, Bergoglio, Laguna, Bargalló etc., que acaban de descubrir la pobreza en la Argentina, -es decir que hasta ahora parecería que estaban viendo el canal Santa María-, y los medios de comunicación que responden a los nefastos intereses de la oligarquía.
Con respecto a las declaraciones del Papa en cuanto al "escándalo" de la pobreza en la Argentina, digo yo... no habría que hacerle recordar al Santo Padre que estamos como estamos porque los militares -con la complicidad de la Iglesia que él conduce- entre la década del '70 y '80 desaparecieron y asesinaron a 30.000 compañeros dirigentes que si hoy estuvieran seguramente no existirían los males sociales que imperan en nuestro país?
Les reitero un fuerte abrazo peronista y será hasta la próxima...
Mario Ranero
Ah.... me olvidaba, el compañero Fernando es Secretario Político del Partido Patria y Pueblo - Socialistas de la Izquierda Nacional, Núcleo: Fernando Manuel Carpio, Zona N.O. / Área Metropolitana. Resumiendo.. es del campo Nacional y Popular que tenemos que reconstruir!!!

domingo, 26 de julio de 2009

A esta hora exactamente...

... nos dejaba un 26 de julio quien, con el correr del tiempo, se transformaría en el símbolo y abanderada de la clase trabajadora argentina, antorcha que iluminó el camino de los desposeídos.


María Eva, bautizada en la iglesia parroquial de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires, el 21 de noviembre de 1919, había nacido el 7 de mayo de ese año en el casco de “La Unión”, establecimiento ganadero de Juan Duarte, su padre.


Más allá de recordarla íntegra y de aceptar el tardío reconocimiento que la sociedad toda le ofrece en la actualidad, luego de haberla vapuleado, menoscabado e insultado y a pesar de haberse profanado su cuerpo y arrastrado su busto por las calles de todas las ciudades donde éste se levantaba, quiero en esta oportunidad, homenajearla con pasajes de su libro “La Razón de mi Vida”, el cual recibiera las críticas más furtivas de parte de aquellos que, tal vez... buscaban en esa obra la exelencia literaria de un Borges o de un Mujica Lainez.


De ese testimonio rescato conceptos que indudablemente pintan de un modo claro su personalidad cuando, por ejemplo, nos decía:


“Mucha gente no se puede explicar el caso que me toca vivir.


Yo misma, muchas veces, me he quedado pensando en todo esto que es ahora mi vida.


Algunos de mis contemporáneos lo atribuyen todo al azar... ¡esa cosa rara e inexplicable que no explica tampoco nada!


No. No es el azar lo que me ha traído a este lugar que ocupo, a esta vida que llevo.


Claro que todo esto sería absurdo como es el azar si fuese cierto lo que mis supercríticos afirman cuando dicen que de buenas a primeras yo, “una mujer superficial, escasa de preparación, vulgar, ajena a los intereses de mi Patria, extraña a los dolores de mi pueblo, indiferente a la justicia social y sin nada serio en la cabeza, me hice de pronto fanática en la lucha por la causa del pueblo y que haciendo mía esa causa me decidí a vivir una vida de incomprensible sacrificio”.


Yo misma quiero explicarme aquí.


Para eso he decidido escribir estos apuntes.


Confieso que no lo hago para contradecir o refutar a nadie.


¡Quiero más bien que los hombres y mujeres de mi pueblo sepan cómo siento y cómo pienso...!


Quiero que sientan conmigo las cosas grandes que mi corazón experimenta.


Seguramente, muchas de las cosas que diré son enseñanzas que yo recibí gratuitamente de Perón y que no tengo tampoco derecho a guardar como un secreto...”.


...“He hallado en mi corazón, un sentimiento fundamental que domina desde allí, en forma total, mi espíritu y mi vida: ese sentimiento es mi indignación frente a la injusticia”.


De este modo surgía la fuerte personalidad de quien fuera la “compañera” de todo un pueblo que la vivió, la vivó, la lloró y la extraña permanentemente.


Muchos son los calificativos con los que se puede definir la figura de María Eva Duarte de Perón, “Evita” para su pueblo. De carácter firme y a la vez con la sensibilidad de una madre aunque nunca lo fuera biológicamente, tenaz, honesta de vida y de espíritu, capaz de hacer temblar al más pintado y llorar al más duro, con una razonabilidad encomiable y un sentido común que le permitió ponerse a la altura de las difíciles circunstancias vividas tanto desde el llano como desde el poder. Pero además de todo esto, tuvo algo que nosotros tenemos la necesidad de rescatar como lo más importante: fue, es y será un ejemplo que debe servir, no tan sólo para el orgullo de las de su propio género sino fundamentalmente para muchos hombres y mujeres que alcanzan el poder y no saben que es lo que se puede hacer con él.


Hasta la próxima y les dejo un fuerte abrazo peronista...

Mario Ranero

miércoles, 22 de julio de 2009

Oposición vs Oficialismo

Una de las cuestiones más difíciles de resolver en política es, sin lugar a dudas, el rol que deben jugar cada uno de sus actores. Si le preguntamos a un político si le es más fácil ser oposición u oficialismo, seguramente elegiría la primera como respuesta. Esto se debe a que resulta más sencillo oponerse a todo que defender las posiciones del proyecto que se representa .

Sería muy difícil encontrar en nuestra historia, sobre todo en su etapa contemporánea, oposiciones que hayan tenido un sesgo de razonables.

En la lucha por los espacios de poder, surge con frecuencia, que se interprete a la oposición como aquella postura que denoste todas las iniciativas del adversario, para así poder escalar posiciones que lleven al protagonista a lugares cada vez más importantes dentro de la actividad política.

De este modo se fueron generando poco a poco, los “anti” con que está plagada nuestra vida argentina. Es decir, fuimos morenistas o anti-morenistas, rosistas o anti-rosistas, yrigoyenistas o anti-yrigoyenistas, peronistas o anti-peronistas, pudiéndo el lector agregar a ésta lista todos los etcétera que se le pueda ocurrir.

La oposición surge de aquellos que no están de acuerdo o no comparten el pensamiento, las líneas de clarificación o las estrategias de los que ejercen el poder.

Lo importante es ser consiente que, a la hora de oponerse, no sólo se debe fijar la postura conforme a las sanas convicciones, sino que, además, se debe entregar una alternativa que cambie sustancialmente los argumentos del contrario reemplazando su propuesta. Para ello, tiene que existir una condición “sine quanum”, como es la de la honestidad política.

Los adelantos y cambios en la manera de razonar, que se han introducido en el comportamiento social ultimamente, nos llevan en la actualidad a constatar que aquellos que van comprendiendo las nuevas “formas”, comienzan paulatinamente, a lograr consenso en la población, más allá que en determinado momento les toque jugar el papel de opositores.

La gente mira y analiza no tan sólo al oficialismo, sino también la postura que va adoptando la oposición.

El pertenecer a determinado partido político, no obliga a nadie a no poder compartir aquellas ideas que, volcadas en la legislación, puedan mejorar nuestras condiciones de vida.

Como ejemplo podemos señalar la seguridad, la educación, el desempleo, los chicos de la calle, la droga dependencia, en fin, todos aquellos problemas cotidianos que requieren que se los tome como verdaderas cuestiones de estado.

Las banderas partidarias no se arrean cuando se está de acuerdo con el adversario, sino cuando no se le busca solución a las cuestiones cotidianas que van haciendo cada vez más infeliz al pueblo.

Les mando un fuerte abrazo peronista!!

Hasta la próxima

Mario

domingo, 12 de julio de 2009

REVOLVIENDO EL ARCÓN I

Enrique Santos Discépolo nació en Buenos Aires el 27 de marzo de 1901, es decir junto al siglo XX, y murió el domingo 23 de diciembre de 1951 sentado en un sofá de su departamento de Callao al 700. Muchos no le perdonaron el compromiso que había asumido con su Pueblo, con Perón y con Evita y, al decir de su esposa Tania, "Más que nada, murió de tristeza…"

Para conocerlo basta este relato hecho por él mismo: "Cursé hasta segundo año. Fui un buen estudiante. Un año di examen tres veces. Una vez por mí y otras dos por dos compañeros que estudiaban como alumnos libres. De los tres, uno, que era yo, quedó aplazado. Pero los otros dos pasaron. Quedé tranquilo con mi conciencia. No pudieron descubrirme porque eran distintos profesores y no nos conocían a ninguno de los tres."

"Los tangos de Discépolo, como expresión de la sabiduría y del arte popular son una síntesis de los valores, gozos y esperanzas de nuestro pueblo y constituyen el tesoro más importante de la cultura urbana de Buenos Aires. En este sentido han sido afluentes de la doctrina nacional y conformadores de la identidad política de nuestro pueblo." (Del libro "Discépolo. Tango Religión del pueblo y testimonio. Enrique H. Sosa. Ed. Gráfica e Editora Qualidade Ltda.)

Tuvo un programa de radio -¿A mí me la vas a contar?- que era la reacción de un hombre del pueblo ante los argumentos tendenciosos que los opositores esgrimen para combatir al gobierno.

En este espacio vamos a ir volcando algunos de sus programas para que los más jóvenes conozcan y los viejos recuerden. Les aclaro que todo parecido con la actual realidad no es casualidad. ¿Se entiende?

Ahí va uno de sus comentarios radiofónicos:

"Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquitito. Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote. Vos, sí… Vos, que ya estabas acostumbrado a saber que tu patria era la factoría de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva… y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado. ¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? ¿Antes no te importaba nada y ahora te importa todo… y protestás? ¿Y por qué protestás? ¡Ah!, no hay té. Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta… ¡pero no hay té! Y, según vos, no se puede vivir sin té. Te pasaste la vida tomando mate cocido, pero ahora me planteas un problema de Estado porque no hay té. Claro, ahora la flota es tuya, ahora los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos, ahora el gas es tuyo, pero… ¡no hay té! Para entrar en un movimiento de recuperación con este al que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas y muchas ideas…; algunas, monumentales; otras, llenas de amor o de ingenio…; ¡todas asombrosas! El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda…; el país se estructuró durante la marcha misma…; ¡el país remueve sus cimientos y rehace su historia!...

Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo: porque no hay té… ¡Ah… ni queso! ¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a mí que no es un problema? Antes no había nada de nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez… y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca; vos te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien; ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí; pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro… ¡no hay queso! Tenés el aeropuerto… pero no tenés queso. Sería un problema para que se preocupase la vaca y no vos… pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación del resentido que no puede perdonarle la patriada a los salvadores.

Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que resistir y que vencer las más crueles penitencias del extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comés cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras dieciséis millones duermen tranquilos porque tienen trabajo y encuentran respeto. Cuando las colas se formaban no para tomar un ómnibus o comprar un pollo o depositar en la caja de ahorro, como ahora, sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella vergonzante "olla popular", o un empleo en una agencia de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de tus hermanos que se ríen… que están contentos… pero eso no te alegra porque, para que ellos alcanzaran la felicidad, ¡ha sido necesario que escasease el queso!... No importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes, y que esos problemas los hayan resuelto… personas… Vos seguís con el problema CHIQUITO… vos seguís buscándole la hipotenusa al teorema de la cucaracha… vos, el mismo que estás preocupado porque no podés tomar té de Ceilán!... ¡Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a quién se la querés contar?... ¿A mí, que tengo esta memoria de elefante? ¡No, a mí no me la vas a contar!...

Compañer@, no te parece que lo estuvieras escuchando en estos momentos…?

Cambiá el té y el queso por la seguridad, el dengue y la gripe cochinilla y me parece que hacemos un blanco perfecto ¿O no?

Hasta la próxima…

Un fuerte abrazo peronista!

Mario Ranero


sábado, 11 de julio de 2009

Reflexiones I

Presiento que vienen horas interesantes dentro del campo nacional y popular donde habrá que definir estrategias que nos conduzcan a no perder la conducción. Nosotros sabemos muy bien hasta dónde son capaces los grandes intereses cuando se les toca el órgano más sensible del ser humano como decía Perón.

Nosotros hemos cometido errores, no lo podemos negar, pero sepamos que si hay tantos ladridos en los sectores del poder económico es porque estamos cabalgando en buen sentido, lo que pasa es que las ideas pueden ser maravillosas pero si en su implementación no actuamos políticamente vamos por mal camino.

Hoy se palpa un déficit dirigencial más que preocupante. Estamos sintiendo las consecuencias de la falta de formación de cuadros políticos y políticos-técnicos durante muchos años. Esto hace que en la medida que se nos muere un cuadro formado en la resistencia o en la década del setenta no tenemos la posibilidad de reemplazarlo y esto es un deterioro enorme que se siente a la hora de la estrategia o de la táctica política.

Nosotros no podemos ni debemos olvidar que en los años de la última dictadura nos desaparecieron treinta mil compañeros dirigentes con una férrea formación en la casi totalidad de los casos, es decir que hoy esos compañeros debieran ser los que tendrían la responsabilidad de la conducción de las estrategias políticas. Ahora bien, esos compañeros desgraciadamente ya no están entre nosotros y, si a eso le sumamos que se han infiltrado una importante cantidad de "dirigentes" -entre comillas- que no tienen ni la más pálida idea de lo que es no solo la política sino que ni siquiera tienen idea de lo que significa gobernar o gestionar políticas públicas, entonces insisto en que, como dicen los chicos, estamos en el horno mal!

Ante todo me parece digno, lógico y necesario hacer la mea culpa de lo que está pasando. A mí no me trajo una nave galáctica y me depositó en la tierra para verificar si el año 2000 nos encontró unidos o dominados, no… yo soy parte de esa generación cuyo tercio se quedó en la casa porque venía muy desgastada de los '70 y no quiso más lola, otro tercio jugamos todas las fichas y nos bancamos los embates de los '80 y los '90 y, por lo menos en mi caso, nos desgastamos, nos cansamos, nos pudrimos, nos hastiamos y todos los calificativos que en un mismo sentido les quieran poner. Y está el otro tercio que aún la sigue peleando y entre ellos hay quienes siguen pero que nunca la pelearon y lo que hacen es subsistir en un sistema que al menos le da una entradita como para parar la olla.

En el medio nos metieron desde "tocadores de guitarras" con voz mortecina, hasta excelentes motonautas y corredores de Fórmula 1 que hoy nos vienen a decir cómo se hace para llevar el peronismo a la victoria o pretenden conducirnos desde el peronismo…

Compañeros, yo no tengo el peronómetro ni parece que es tiempo de ponerlo a funcionar, pero no me jodan… a esta altura del campeonato si me van a hacer el amor –como decía un compañero y amigo- primero quiero que me den un beso. El movimiento es amplio sí, pero nunca lo suficiente como para que cualquiera se ponga la camiseta, salga a la cancha y uno no sepa para qué arco va a patear…

Esto ya no se resuelva ni mañana ni pasado, esto nos va a llevar años pero alguna vez hay que volver a empezar –como escribía Lerner- y volver a empezar entre otras cosas significa que tenemos que volver a armar el semillero con la juventud, hay que prepararlos técnicamente, pero fundamentalmente políticamente. Queremos cuadros que piensen en políticas públicas que beneficien a nuestra sociedad, pero también queremos que esos cuadros tengan la ductilidad política necesaria para ejecutar acciones que obedezcan a esas estrategias pero que lo hagan con política, no como quien tira m…. al pozo.

Miren… en la década del '90 el sistema puso acelerador a fondo y una de las paredes que pretendió –y en parte lo logró- tirar abajo, fue la de la política. Quién puede olvidar el Que se vayan todos del 2001 o aquellos advenedizos que llegaban a la política con el funesto argumento de que ellos no eran políticos. ¿Recuerdan eso? La frase más común era: "Yo me presento a Diputado Nacional pero quiero aclarar que YO NO SOY POLITICO" Decían no? Esto es más o menos como que yo me presentara en el quirófano de un hospital cuando está la paciente a punto de ser operada con los cirujanos e instrumentista a su alrededor y diga: "Señores yo voy a operar pero quiero aclarar que YO NO SOY CIRUJANO!!" ¿Cómo se puede concebir que una persona pueda ser tan contradictoria y tan hipócrita? Ahora, estar están eh? Los vieron? Hoy son Diputados, Senadores, Funcionarios, etc., etc., obvio gracias a la Política pero renegando de ella.

Yo fui funcionario la mayor parte de mi vida. Desde muy joven me dediqué al ámbito municipal, aunque en varias oportunidades lo hice en la provincia de Buenos Aires y ahora último tuve una experiencia muy rica en la Cámara de Diputados de la Nación. Soy militante de UB (para los guitarreros, motonautas y corredores les aclaro que UB en nuestra jerga significa Unidad Básica), tuve una Agrupación que se llamaba Restauración Peronista, participé fuertemente en la Renovación Peronista que encabezaba el compañero Antonio Cafiero y que fuimos los primeros que jugamos en las elecciones generales por fuera de la estructura partidaria que se encontraba "copada" por el Herminismo y no nos daban la posibilidad de participar en la interna, pero las cosas eran muy diferentes a como son en la actualidad. Por empezar había algo que nos mantenía las veinticuatro horas del día (y a la noche también como diría Herminio Iglesias) y eso se llamaba mística. Teníamos una causa por la que luchar y por ella hacíamos lo que la conducción nos decía que teníamos que hacer, cualquiera sea esa acción, es más, había acciones que hasta ni siquiera se podían preguntar sus motivos. Eso sí, sabíamos que si se nos pedía una acción esa acción era para favorecer a la causa, no para boludear ¿se entiende?

Otra de las cuestiones que también había era la comunicación entre la conducción y los cuadros medios y territoriales. La conducción máxima todos los días jueves se reunía con los referentes de los distritos y les "bajaba línea", es decir, se discutían las estrategias a seguir y, una vez consensuadas (o no) se decidía que se iba a hacer. Esos referentes luego iban al distrito correspondiente el viernes, se juntaban con los cuadros territoriales y bajaban la información y las directivas que impulsaban las acciones que había que llevar a cabo en aras del o de los objetivos. Es decir que cuando había que llevar adelante una acción o salir a rebatir un argumento de la contra, nosotros sabíamos perfectamente qué teníamos que hacer o decir. Yo comparo esta metodología con la de ahora, en donde no existe esa comunicación, y me doy cuenta porque –entre otras cosas- fracasamos con el campo. Los militantes, al no tener información, tenían que ir a discutir con los del campo en base a la información que recogían de los medios que, para colmo, todos pateaban en contra.

Ya en próximos artículos quisiera que intercambiáramos alguna opinión sobre el rol de la militancia, sobre todo a partir de la década de los 90 donde el sistema, a través del dinero, comenzó a financiarla haciendo que fuera perdiendo paulatinamente eso que Perón denominaba el oleo sagrado que no era otra cosa que la mística de la que hablamos. ¿Esto fue producto de la casualidad u obedeció a un plan siniestramente pergeñado? ¿Favoreció a la militancia más allá de lo que algunos individualmente se puedan haber visto beneficiados en forma particular? Creo que a ese momento podemos señalarlo sin temor a equivocarnos como un antes y un después en la historia de la militancia, lo que para mí representa un antes y un después en la historia de la Revolución.


Hasta la próxima.
Un abrazo peronista!!

Mario Ranero

jueves, 9 de julio de 2009

Recordando a Perón

Cada 1º de Julio, recordar la figura enigmática y mística de Juan Domingo Perón en la fecha de su fallecimiento, provoca diferentes sentimientos entre los argentinos.
Más allá de su discutida figura y de todos los análisis que se puedan hacer, hay algo que, tal vez no se debe dejar de tener en cuenta: la carencia en nuestros días de personalidades de su talla dentro de la dirigencia política.
Su mística, su capacidad, su sentido de la solidaridad social y su templanza, fueron factores imprescindibles para gobernar un país que se debatía -históricamente- entre las antinomias dirigenciales y las injusticias sociales.
Indudablemente, su despedida del pueblo argentino, él ya la había hecho el 12 de junio de 1974 coronando su discurso en la plaza con una de sus frases más sentidas entre las tantas que han quedado en el recuerdo del pueblo. "Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino", expresó desde el balcón de la Casa Rosada. Aquel balcón que lo contactara permanentemente son su pueblo y con su realidad.
Alguien a lo mejor no creyó que eso era una despedida. Alguien debe haber pensado que era una frase más dentro de un discurso. Pero la realidad sentenciaba que, diecinueve días después, fatigado y algo resignado, pasaba a formar parte de los inmortales de nuestra historia.
¿Casualidad? ¿Premonición? ¿Deseo? ¿Quién lo podrá saber mejor que él? Lo cierto es que este hecho demostraba una vez más que Perón, si algo sabía hacer, era manejar los tiempos, y los supo manejar hasta para saber que eran muy pocas las horas que le restaban para hacer el esfuerzo supremo de lograr la unidad de los argentinos, a pesar de los detractores de turno y a pesar de aquellos que, hasta en las filas propias, lo único que hicieron toda la vida fue sacar ventajas de su accionar pero jamás imitarlo en su conducta y en su pensamiento.
Recordar a Perón es tener la capacidad de análisis e interpretación de todo cuanto trasmitió a sus cuadros dirigentes y a su pueblo, con ese lenguaje claro y sencillo que siempre lo caracterizó. Igual que como hablaba desde el balcón.
"Yo, le doy el fin del siglo XXI como máximo de existencia a este sistema -decía Perón en una entrevista que el periodista Eugenio Rom le hiciera en el exilio- el siglo XXII, ya será universalista. Será otro sistema el que reemplazará a éste.
En todo este proceso, el Justicialismo no es más que la interpretación filosófica de esa evolución y, en consecuencia, la creación de un sistema que permita satisfacer las necesidades y cumplir las posibilidades que la Nación Argentina ofrece.
Nada más que eso es.
Ahora... eso sí, -sentenciaba- nosotros somos la cabeza del movimiento nacional revolucionario.
A ningún partido o movimiento se le debe permitir colocarse en una actitud más "revolucionaria" que la nuestra.
El día que eso ocurriera, habremos perdido nuestra "razón de ser" como movimiento, al ser reemplazados en la conducción popular. A los Justicialistas que se coloquen en actitudes "conformistas" o "conciliadoras" para con el sistema imperante en nuestra patria, hay que expulsarlos del Movimiento sin miramientos.
Son enemigos del pueblo y por lo tanto, enemigos nuestros"
Mario Ranero

La Independencia Económica (Parte I)

Ya en el crepúsculo de este 9 de julio de 2009, se me vino a la mente ese histórico momento en que el Gral. Perón declaraba la independencia económica en Tucumán. Hoy hace exactamente 62 años y quiero que compartamos el texto del Acta de la Independencia Económica:
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a los nueve días del mes de julio de mil novecientos cuarenta y siete, en centésimo trigésimo primer aniversario de la declaración de la independencia política, sancionada por el Congreso de las Provincias Unidas, reunido en mil ochocientos dieciséis, se reúnen en ac to solemne los representantes de la Nación, en sus fuerzas gubernativas en sus fuerzas populares y trabajadoras, para reafirmar el propósito del Pueblo argentino de consumar su emancipación económica de los poderes capitalistas foráneos que han ejercido su tutela, control y dominio, bajo formas de hegemonías económicas condenables y de los que en el país pudieran estar a ellos vinculados.
A tal fin los firmantes, en representación del pueblo de la Nación, comprometen las energías de su patriotismo, y la pureza de sus intenciones en la tarea de movilizar las inmensas fuerzas productivas nacionales y concertar los términos de una verdadera política para que en el comercio internacional tengan base de discusión, negociación y comercialización los productos de trabajo argentino, y quede de tal modo garantizada para la República la suerte económica de su presente y su porvenir.
Así lo entienden y así lo quieren, a fin de que el pueblo que los produce y elabora y los pueblos de la tierra que los consumen, puedan encontrar un nivel de prosperidad y bienestar más alto que los alcanzados en ninguna época anterior y superiores a los que puedan anotarse en el presente. Por ello, reafirman la voluntad de ser económicamente libres, como hace ciento treinta años proclamaron ser políticamente independientes. La fuerzas de la producción e industrialización tienen ahora una amplitud y alcance no conocidos y pueden ser superadas por la acción y trabajo del Pueblo de la República. El intercambio y la distribución suman cifras que demuestran que el comercio y la industria se expanden conjuntamente con aquéllos. La cooperación, que contribuye a fijar de manera permanente las posibilidades humanas, será activada hasta alcanzar el completo sedenvolvimiento que demandan las nuevas concepciones del comercio y empleo mundiales de las energías.
Ahora bien, en esa oportunidad y refiriéndose al carácter del acto, el Gral. Perón decía: "Puede la ciudad capital de esta provincia (Tucumán) estar orgullosa de su historia y de sus destinos. Que sea ésta para todos los tiempos la Meca de nuestra independencia, donde los hombres lleguen con unción ante este altar sagrado de la causa de la Libertad para prometer al pueblo que ningún argentino, por miserable que se sienta, podrá exponer jamás la bendición de su soberanía y de su independencia ante ningún poder de la tierra"