Quienes quieran oir que oigan. Quienes quieran seguir que sigan. Mi empresa es alta y clara mi divisa. Mi causa es la causa del Pueblo, Mi guía la bandera de la Patria. Juan Domingo Perón.
domingo, 9 de agosto de 2009
Más clarito... echale agua!
domingo, 26 de julio de 2009
A esta hora exactamente...
María Eva, bautizada en la iglesia parroquial de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires, el 21 de noviembre de 1919, había nacido el 7 de mayo de ese año en el casco de “La Unión”, establecimiento ganadero de Juan Duarte, su padre.
Más allá de recordarla íntegra y de aceptar el tardío reconocimiento que la sociedad toda le ofrece en la actualidad, luego de haberla vapuleado, menoscabado e insultado y a pesar de haberse profanado su cuerpo y arrastrado su busto por las calles de todas las ciudades donde éste se levantaba, quiero en esta oportunidad, homenajearla con pasajes de su libro “La Razón de mi Vida”, el cual recibiera las críticas más furtivas de parte de aquellos que, tal vez... buscaban en esa obra la exelencia literaria de un Borges o de un Mujica Lainez.
De ese testimonio rescato conceptos que indudablemente pintan de un modo claro su personalidad cuando, por ejemplo, nos decía:
“Mucha gente no se puede explicar el caso que me toca vivir.
Yo misma, muchas veces, me he quedado pensando en todo esto que es ahora mi vida.
Algunos de mis contemporáneos lo atribuyen todo al azar... ¡esa cosa rara e inexplicable que no explica tampoco nada!
No. No es el azar lo que me ha traído a este lugar que ocupo, a esta vida que llevo.
Claro que todo esto sería absurdo como es el azar si fuese cierto lo que mis supercríticos afirman cuando dicen que de buenas a primeras yo, “una mujer superficial, escasa de preparación, vulgar, ajena a los intereses de mi Patria, extraña a los dolores de mi pueblo, indiferente a la justicia social y sin nada serio en la cabeza, me hice de pronto fanática en la lucha por la causa del pueblo y que haciendo mía esa causa me decidí a vivir una vida de incomprensible sacrificio”.
Yo misma quiero explicarme aquí.
Para eso he decidido escribir estos apuntes.
Confieso que no lo hago para contradecir o refutar a nadie.
¡Quiero más bien que los hombres y mujeres de mi pueblo sepan cómo siento y cómo pienso...!
Quiero que sientan conmigo las cosas grandes que mi corazón experimenta.
Seguramente, muchas de las cosas que diré son enseñanzas que yo recibí gratuitamente de Perón y que no tengo tampoco derecho a guardar como un secreto...”.
...“He hallado en mi corazón, un sentimiento fundamental que domina desde allí, en forma total, mi espíritu y mi vida: ese sentimiento es mi indignación frente a la injusticia”.
De este modo surgía la fuerte personalidad de quien fuera la “compañera” de todo un pueblo que la vivió, la vivó, la lloró y la extraña permanentemente.
Muchos son los calificativos con los que se puede definir la figura de María Eva Duarte de Perón, “Evita” para su pueblo. De carácter firme y a la vez con la sensibilidad de una madre aunque nunca lo fuera biológicamente, tenaz, honesta de vida y de espíritu, capaz de hacer temblar al más pintado y llorar al más duro, con una razonabilidad encomiable y un sentido común que le permitió ponerse a la altura de las difíciles circunstancias vividas tanto desde el llano como desde el poder. Pero además de todo esto, tuvo algo que nosotros tenemos la necesidad de rescatar como lo más importante: fue, es y será un ejemplo que debe servir, no tan sólo para el orgullo de las de su propio género sino fundamentalmente para muchos hombres y mujeres que alcanzan el poder y no saben que es lo que se puede hacer con él.
Hasta la próxima y les dejo un fuerte abrazo peronista...
Mario Ranero
miércoles, 22 de julio de 2009
Oposición vs Oficialismo
Sería muy difícil encontrar en nuestra historia, sobre todo en su etapa contemporánea, oposiciones que hayan tenido un sesgo de razonables.
En la lucha por los espacios de poder, surge con frecuencia, que se interprete a la oposición como aquella postura que denoste todas las iniciativas del adversario, para así poder escalar posiciones que lleven al protagonista a lugares cada vez más importantes dentro de la actividad política.
De este modo se fueron generando poco a poco, los “anti” con que está plagada nuestra vida argentina. Es decir, fuimos morenistas o anti-morenistas, rosistas o anti-rosistas, yrigoyenistas o anti-yrigoyenistas, peronistas o anti-peronistas, pudiéndo el lector agregar a ésta lista todos los etcétera que se le pueda ocurrir.
La oposición surge de aquellos que no están de acuerdo o no comparten el pensamiento, las líneas de clarificación o las estrategias de los que ejercen el poder.
Lo importante es ser consiente que, a la hora de oponerse, no sólo se debe fijar la postura conforme a las sanas convicciones, sino que, además, se debe entregar una alternativa que cambie sustancialmente los argumentos del contrario reemplazando su propuesta. Para ello, tiene que existir una condición “sine quanum”, como es la de la honestidad política.
Los adelantos y cambios en la manera de razonar, que se han introducido en el comportamiento social ultimamente, nos llevan en la actualidad a constatar que aquellos que van comprendiendo las nuevas “formas”, comienzan paulatinamente, a lograr consenso en la población, más allá que en determinado momento les toque jugar el papel de opositores.
La gente mira y analiza no tan sólo al oficialismo, sino también la postura que va adoptando la oposición.
El pertenecer a determinado partido político, no obliga a nadie a no poder compartir aquellas ideas que, volcadas en la legislación, puedan mejorar nuestras condiciones de vida.
Como ejemplo podemos señalar la seguridad, la educación, el desempleo, los chicos de la calle, la droga dependencia, en fin, todos aquellos problemas cotidianos que requieren que se los tome como verdaderas cuestiones de estado.
Las banderas partidarias no se arrean cuando se está de acuerdo con el adversario, sino cuando no se le busca solución a las cuestiones cotidianas que van haciendo cada vez más infeliz al pueblo.
Les mando un fuerte abrazo peronista!!
Hasta la próxima
Mario
domingo, 12 de julio de 2009
REVOLVIENDO EL ARCÓN I
Enrique Santos Discépolo nació en Buenos Aires el 27 de marzo de 1901, es decir junto al siglo XX, y murió el domingo 23 de diciembre de 1951 sentado en un sofá de su departamento de Callao al 700. Muchos no le perdonaron el compromiso que había asumido con su Pueblo, con Perón y con Evita y, al decir de su esposa Tania, "Más que nada, murió de tristeza…"
Para conocerlo basta este relato hecho por él mismo: "Cursé hasta segundo año. Fui un buen estudiante. Un año di examen tres veces. Una vez por mí y otras dos por dos compañeros que estudiaban como alumnos libres. De los tres, uno, que era yo, quedó aplazado. Pero los otros dos pasaron. Quedé tranquilo con mi conciencia. No pudieron descubrirme porque eran distintos profesores y no nos conocían a ninguno de los tres."
"Los tangos de Discépolo, como expresión de la sabiduría y del arte popular son una síntesis de los valores, gozos y esperanzas de nuestro pueblo y constituyen el tesoro más importante de la cultura urbana de Buenos Aires. En este sentido han sido afluentes de la doctrina nacional y conformadores de la identidad política de nuestro pueblo." (Del libro "Discépolo. Tango Religión del pueblo y testimonio. Enrique H. Sosa. Ed. Gráfica e Editora Qualidade Ltda.)
Tuvo un programa de radio -¿A mí me la vas a contar?- que era la reacción de un hombre del pueblo ante los argumentos tendenciosos que los opositores esgrimen para combatir al gobierno.
En este espacio vamos a ir volcando algunos de sus programas para que los más jóvenes conozcan y los viejos recuerden. Les aclaro que todo parecido con la actual realidad no es casualidad. ¿Se entiende?
Ahí va uno de sus comentarios radiofónicos:
"Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquitito. Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote. Vos, sí… Vos, que ya estabas acostumbrado a saber que tu patria era la factoría de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva… y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado. ¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? ¿Antes no te importaba nada y ahora te importa todo… y protestás? ¿Y por qué protestás? ¡Ah!, no hay té. Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta… ¡pero no hay té! Y, según vos, no se puede vivir sin té. Te pasaste la vida tomando mate cocido, pero ahora me planteas un problema de Estado porque no hay té. Claro, ahora la flota es tuya, ahora los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos, ahora el gas es tuyo, pero… ¡no hay té! Para entrar en un movimiento de recuperación con este al que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas y muchas ideas…; algunas, monumentales; otras, llenas de amor o de ingenio…; ¡todas asombrosas! El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda…; el país se estructuró durante la marcha misma…; ¡el país remueve sus cimientos y rehace su historia!...
Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo: porque no hay té… ¡Ah… ni queso! ¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a mí que no es un problema? Antes no había nada de nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez… y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca; vos te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien; ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí; pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro… ¡no hay queso! Tenés el aeropuerto… pero no tenés queso. Sería un problema para que se preocupase la vaca y no vos… pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación del resentido que no puede perdonarle la patriada a los salvadores.
Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que resistir y que vencer las más crueles penitencias del extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comés cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras dieciséis millones duermen tranquilos porque tienen trabajo y encuentran respeto. Cuando las colas se formaban no para tomar un ómnibus o comprar un pollo o depositar en la caja de ahorro, como ahora, sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella vergonzante "olla popular", o un empleo en una agencia de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de tus hermanos que se ríen… que están contentos… pero eso no te alegra porque, para que ellos alcanzaran la felicidad, ¡ha sido necesario que escasease el queso!... No importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes, y que esos problemas los hayan resuelto… personas… Vos seguís con el problema CHIQUITO… vos seguís buscándole la hipotenusa al teorema de la cucaracha… vos, el mismo que estás preocupado porque no podés tomar té de Ceilán!... ¡Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a quién se la querés contar?... ¿A mí, que tengo esta memoria de elefante? ¡No, a mí no me la vas a contar!...
Compañer@, no te parece que lo estuvieras escuchando en estos momentos…?
Cambiá el té y el queso por la seguridad, el dengue y la gripe cochinilla y me parece que hacemos un blanco perfecto ¿O no?
Hasta la próxima…
Un fuerte abrazo peronista!
Mario Ranero
sábado, 11 de julio de 2009
Reflexiones I
Presiento que vienen horas interesantes dentro del campo nacional y popular donde habrá que definir estrategias que nos conduzcan a no perder la conducción. Nosotros sabemos muy bien hasta dónde son capaces los grandes intereses cuando se les toca el órgano más sensible del ser humano como decía Perón.
Nosotros hemos cometido errores, no lo podemos negar, pero sepamos que si hay tantos ladridos en los sectores del poder económico es porque estamos cabalgando en buen sentido, lo que pasa es que las ideas pueden ser maravillosas pero si en su implementación no actuamos políticamente vamos por mal camino.
Hoy se palpa un déficit dirigencial más que preocupante. Estamos sintiendo las consecuencias de la falta de formación de cuadros políticos y políticos-técnicos durante muchos años. Esto hace que en la medida que se nos muere un cuadro formado en la resistencia o en la década del setenta no tenemos la posibilidad de reemplazarlo y esto es un deterioro enorme que se siente a la hora de la estrategia o de la táctica política.
Nosotros no podemos ni debemos olvidar que en los años de la última dictadura nos desaparecieron treinta mil compañeros dirigentes con una férrea formación en la casi totalidad de los casos, es decir que hoy esos compañeros debieran ser los que tendrían la responsabilidad de la conducción de las estrategias políticas. Ahora bien, esos compañeros desgraciadamente ya no están entre nosotros y, si a eso le sumamos que se han infiltrado una importante cantidad de "dirigentes" -entre comillas- que no tienen ni la más pálida idea de lo que es no solo la política sino que ni siquiera tienen idea de lo que significa gobernar o gestionar políticas públicas, entonces insisto en que, como dicen los chicos, estamos en el horno mal!
Ante todo me parece digno, lógico y necesario hacer la mea culpa de lo que está pasando. A mí no me trajo una nave galáctica y me depositó en la tierra para verificar si el año 2000 nos encontró unidos o dominados, no… yo soy parte de esa generación cuyo tercio se quedó en la casa porque venía muy desgastada de los '70 y no quiso más lola, otro tercio jugamos todas las fichas y nos bancamos los embates de los '80 y los '90 y, por lo menos en mi caso, nos desgastamos, nos cansamos, nos pudrimos, nos hastiamos y todos los calificativos que en un mismo sentido les quieran poner. Y está el otro tercio que aún la sigue peleando y entre ellos hay quienes siguen pero que nunca la pelearon y lo que hacen es subsistir en un sistema que al menos le da una entradita como para parar la olla.
En el medio nos metieron desde "tocadores de guitarras" con voz mortecina, hasta excelentes motonautas y corredores de Fórmula 1 que hoy nos vienen a decir cómo se hace para llevar el peronismo a la victoria o pretenden conducirnos desde el peronismo…
Compañeros, yo no tengo el peronómetro ni parece que es tiempo de ponerlo a funcionar, pero no me jodan… a esta altura del campeonato si me van a hacer el amor –como decía un compañero y amigo- primero quiero que me den un beso. El movimiento es amplio sí, pero nunca lo suficiente como para que cualquiera se ponga la camiseta, salga a la cancha y uno no sepa para qué arco va a patear…
Esto ya no se resuelva ni mañana ni pasado, esto nos va a llevar años pero alguna vez hay que volver a empezar –como escribía Lerner- y volver a empezar entre otras cosas significa que tenemos que volver a armar el semillero con la juventud, hay que prepararlos técnicamente, pero fundamentalmente políticamente. Queremos cuadros que piensen en políticas públicas que beneficien a nuestra sociedad, pero también queremos que esos cuadros tengan la ductilidad política necesaria para ejecutar acciones que obedezcan a esas estrategias pero que lo hagan con política, no como quien tira m…. al pozo.
Miren… en la década del '90 el sistema puso acelerador a fondo y una de las paredes que pretendió –y en parte lo logró- tirar abajo, fue la de la política. Quién puede olvidar el Que se vayan todos del 2001 o aquellos advenedizos que llegaban a la política con el funesto argumento de que ellos no eran políticos. ¿Recuerdan eso? La frase más común era: "Yo me presento a Diputado Nacional pero quiero aclarar que YO NO SOY POLITICO" Decían no? Esto es más o menos como que yo me presentara en el quirófano de un hospital cuando está la paciente a punto de ser operada con los cirujanos e instrumentista a su alrededor y diga: "Señores yo voy a operar pero quiero aclarar que YO NO SOY CIRUJANO!!" ¿Cómo se puede concebir que una persona pueda ser tan contradictoria y tan hipócrita? Ahora, estar están eh? Los vieron? Hoy son Diputados, Senadores, Funcionarios, etc., etc., obvio gracias a la Política pero renegando de ella.
Yo fui funcionario la mayor parte de mi vida. Desde muy joven me dediqué al ámbito municipal, aunque en varias oportunidades lo hice en la provincia de Buenos Aires y ahora último tuve una experiencia muy rica en la Cámara de Diputados de la Nación. Soy militante de UB (para los guitarreros, motonautas y corredores les aclaro que UB en nuestra jerga significa Unidad Básica), tuve una Agrupación que se llamaba Restauración Peronista, participé fuertemente en la Renovación Peronista que encabezaba el compañero Antonio Cafiero y que fuimos los primeros que jugamos en las elecciones generales por fuera de la estructura partidaria que se encontraba "copada" por el Herminismo y no nos daban la posibilidad de participar en la interna, pero las cosas eran muy diferentes a como son en la actualidad. Por empezar había algo que nos mantenía las veinticuatro horas del día (y a la noche también como diría Herminio Iglesias) y eso se llamaba mística. Teníamos una causa por la que luchar y por ella hacíamos lo que la conducción nos decía que teníamos que hacer, cualquiera sea esa acción, es más, había acciones que hasta ni siquiera se podían preguntar sus motivos. Eso sí, sabíamos que si se nos pedía una acción esa acción era para favorecer a la causa, no para boludear ¿se entiende?
Otra de las cuestiones que también había era la comunicación entre la conducción y los cuadros medios y territoriales. La conducción máxima todos los días jueves se reunía con los referentes de los distritos y les "bajaba línea", es decir, se discutían las estrategias a seguir y, una vez consensuadas (o no) se decidía que se iba a hacer. Esos referentes luego iban al distrito correspondiente el viernes, se juntaban con los cuadros territoriales y bajaban la información y las directivas que impulsaban las acciones que había que llevar a cabo en aras del o de los objetivos. Es decir que cuando había que llevar adelante una acción o salir a rebatir un argumento de la contra, nosotros sabíamos perfectamente qué teníamos que hacer o decir. Yo comparo esta metodología con la de ahora, en donde no existe esa comunicación, y me doy cuenta porque –entre otras cosas- fracasamos con el campo. Los militantes, al no tener información, tenían que ir a discutir con los del campo en base a la información que recogían de los medios que, para colmo, todos pateaban en contra.
Ya en próximos artículos quisiera que intercambiáramos alguna opinión sobre el rol de la militancia, sobre todo a partir de la década de los 90 donde el sistema, a través del dinero, comenzó a financiarla haciendo que fuera perdiendo paulatinamente eso que Perón denominaba el oleo sagrado que no era otra cosa que la mística de la que hablamos. ¿Esto fue producto de la casualidad u obedeció a un plan siniestramente pergeñado? ¿Favoreció a la militancia más allá de lo que algunos individualmente se puedan haber visto beneficiados en forma particular? Creo que a ese momento podemos señalarlo sin temor a equivocarnos como un antes y un después en la historia de la militancia, lo que para mí representa un antes y un después en la historia de la Revolución.
Hasta la próxima.
Un abrazo peronista!!
Mario Ranero